Recuerdos de Valverde (Por Cristina Toledano)
Valverde de los Arroyos siempre ha ocupado un lugar privilegiado en mi memoria. Recuerdo visitar sus calles cuando era niña, mientras mi padre se tomaba un botellín donde Paco. Recuerdo haber esperado durante horas a que un cordero se asase en el horno de piedra de Las Puentes. Recuerdo…
…días de nieve jugando en la plaza y aquella vez que mi hermana pequeña se cayó al arroyo y una señora del pueblo nos prestó ropa para que pudiera cambiarse.
Siempre que he tenido ocasión, he vuelto, pero no ha sido hasta mi edad adulta que he disfrutado a fondo de sus parajes y de sus gentes. Entre ellos, mi maestro serrano, autor de este blog y cronista del pueblo, José María Alonso Gordo, que siempre ha compartido con generosidad sus conocimientos sobre Valverde. Caminar con él es para mí un privilegio, un regalo del que siempre estaré agradecida. Es por ello que hoy me gustaría compartir con los lectores de estas líneas mis cinco lugares preferidos del entorno de Valverde de Los Arroyos.
- Perspectiva inédita de La Chorrera de Despeñalagua
José María maneja el relato de su pueblo a la perfección y articula los paseos alrededor de Valverde con anécdotas, historias de antaño y sorpresas. Una de ellas es el mirador de la Chorrera de Despeñalagua que queda a la izquierda del Camino a Majaelrayo. Hay que leer el monte para apreciar la senda, pero las vistas merecen la pena por su espectacularidad y por ser poco conocidas. El camino que conduce a este mirador natural es exuberante en cualquier época del año, aunque lo recomiendo sobre todo en primavera.
- España entera desde El Cerro del Campo
El Cerro del Campo, o El Campo, es el lugar ideal para mirar el Ocejón a los ojos. Desde su majano de pizarra se obtienen las mejores vistas del pico, con una ventaja: es raro encontrarse gente en estos parajes. Si te diriges al vértice geodésico, puedes contemplar España entera: divisar la frontera entre Guadalajara y Soria, contemplar la Sierra de Urbión en días despejados y echar la vista sobre el Valle del Sonsaz, ese rincón mágico y secreto, solo al alcance de los más curiosos, lejos del tumulto habitual del camino a las chorreras o al Ocejón.
El Campo sorprende por su extensión y por su aridez: uno tiene la sensación de hallarse en otro planeta, en una suerte de pradera extraterrestre en la que el silencio es protagonista.
- Subida al Ocejón por las Campanitas
El Pico Ocejón (2,048m) tiene para mí una atracción magnética. Cuando se trata de abordar su cima, prefiero huir de los recorridos más habituales y me dejo guiar por José María, quien siempre nos sorprende con alternativas para llegar a esa montaña fascinante. La subida por el GR-60 o camino de Majaelrayo tiene el aliciente del mirador ya mencionado, además de adentrarse en el valle del Hervidero, arroyo que junto al del Rastrojuelo alimenta las Chorreras de Despeñalagua. Especial mención merece el momento en que damos vista a Majaelrayo en la Pradera de la Madita (o la Majada del Roble, según quien la mencione) y la perspectiva se abre hacia el Cabeza de Ranas, Campillo y el resto de pueblos de la Arquitectura Negra. Desde allí sale un camino a la izquierda, marcado por pequeños hitos, que nos conduce hasta el Collado del Hervidero. Las vistas por las crestas no tienen parangón, no solo a ambos lados de la cuerda, sino de frente, hacia el Ocejón, una mole que va ganando presencia según se calientan las piernas de risco en risco.
- La Era, el día de la Octava del Corpus.
Uno de los días más tradicionales para las gentes de Valverde de los Arroyos es su Octava del Corpus, que se celebra en domingo, ocho días después del Corpus Christi. El botarga, junto a otros ocho danzantes rinden honor al Santísimo, con el raro de privilegio de hacerlo con la cabeza cubierta por un gorro lleno de flores. Las danzas en La Era, con el Ocejón de fondo y el sonido de los palos y las castañuelas, son simplemente sobrecogedoras. Se trata de uno de los días más especiales para visitar Valverde y conocer más de cerca su historia y sus tradiciones.
- El barranco de La Fragüela.
Si hay un lugar inaccesible en la geografía de Valverde, ése es el Barranco de la Fragüela. Aunque algunos se han atrevido a atravesarlo, yo me conformo con contemplar sus dimensiones desde su quicio pedregoso, pensando en cómo “meterle mano”. Las aguas de este arroyo de montaña desembocan en el Sonsaz y algo me dice que pronto remontaré sus aguas y me abriré paso siguiendo su cauce. Por ahora, me vale con soñarlo asomándome a sus riscos, imaginando nuevas aventuras con aroma a cantueso, a jara y a brezo fresco.
Según describo estos rincones, me asaltan los recuerdos de tantos otros que me encantan en la zona. Lugares alejados de las rutas más habituales, que todavía permanecen escondidos, silenciosos, a la espera de quienes sepan apreciar su simplicidad y su belleza. Así que, sin que nadie me lo haya pedido, me emplazo a compartirlos con vosotros en este blog y contaros por qué, según mi punto de vista, merecen una visita.
Cristina Toledano, periodista
y senderista enamorada de la Sierra