Rutas por la Sierra de Ocejón. EL VALLE DEL SONSAZ.

Presentamos hoy una de las rutas más bonitas de Valverde, la que recorrerá el grupo de senderismo del Colegio de Médicos este último fin de semana de mayo: admirable por los paisajes que recorre, fascinante por la biodiversidad que presenta y atractiva porque no requiere de grandes dotes senderistas. Un regalo valverdeño, un lujo para la vista, las piernas y el espíritu. El respeto con el entorno se da por supuesto.

Salimos de Valverde por la carretera que va a Umbralejo (Umbría lejos) y nada más pasar la vuelta de la ermita  tomamos el camino, prohibido a vehículos,  que asciende hacia el Collado del Peyuste, dejando a la derecha sucesivamente las dos incorporaciones que se dirigen a Zarzuela. A ambos lados del camino, brezos, gayuba, retama, robledales y castaños.

La primavera está en plenitud de flores y verdor. En la frondosidad de la arboleda se ocultan los corzos y se deja oir el trinar de los pájaros.

En el Collado del Peyuste, Pedro Yuste, (km 2,5, altitud 1418 m) dejamos un camino a cada lado que se dirigen, por la izquierda hacia las Piquerinas, por donde regresaremos, y a la derecha a la Cabeza del Peyuste. Las vistas en cualquier dirección son magníficas, Hacia atrás Ocejón y las Piquerinas y ya nos asomamos a los valles del Sorbe y del Sonsaz, con Valdepinillos y La Huerce al fondo. Antiguamente se llamó a este paraje el “Barranco del Infierno”.

Seguimos el camino principal que nos llevará al Puente de Robreo,  tras pasar varios barrancos y el Pezuelo de Abajo, antigua dehesa.  A la derecha han ido quedando los desvíos que descienden hacia el despoblado del Peyuste (km 3,6), en la Pradera de Rubillo la Casera y, poco después, el que se dirige a La Mata (km 3,9), camino de la Junta y Cantalojas. Vamos contemplando a la derecha la solana que asciende hasta el antiguo poblado de la Mata de Cebrián, el Pinarejo, Cabeza de los Pinos y Mojón Blanco, a donde llegaba antiguamente el límite del término municipal de Valverde.

Llegando al puente de Robreo (km 6,8, altitud 1220 m) tenemos unas preciosas vistas de los roquedales en la ladera. En silencio, escuchamos las aguas cantarinas del arroyo. Seguimos el camino que tras varias curvas transcurre por encima de los prados. En una de ellas dejamos a un lado la Fuente de la Gitana. Dicen que esta antigua habitante del poblado se lavaba allí los domingos antes de ir a misa hasta Galve. Enseguida (km 7), a la derecha debemos ascender en línea recta, sin desviarnos por el camino que baja al arroyo, y pronto llegamos, por encima de unos prados, a las casillas de Robreo (km 7,4). Antiguo poblado con sus casillas, corrales, eras en su tiempo, choza de pastores… asiento de algún habitante en épocas pasados. Nostalgia de viejos tiempos, bullicio de rebaños y tertulias de pastores. Contemplamos hacia el sur las magníficas vistas de la Acebera, la Dehesa y la ladera norte del Cerro del Campo.

En la parte alta del poblado buscamos la senda que, ligeramente a la izquierda (hacia las diez de la esfera del reloj) entre el encinar, se dirige por la ladera de la solana, hasta el puente de la Fragüela. Pasamos “Peñas Trabadas” y abajo contemplamos y escuchamos el discurrir del río Sonsaz, con el torcal del “Pozo de la Torcas” como lugar más emblemático.

Llegando al barranco de la Fragüela (km 8,9), que asciende hacia el Sur en dirección al Campachuelo, debemos cuzar hacia la izquierda el Sonsaz por el viejo puente de troncos, dejando de frente el camino que río arriba nos lleva hasta los Surcos ( ¿obra ciclópea?) y la Venta la Vieja (reposo del ganado trashumante). Hasta la altura de los Surcos serían algo más de dos km y hasta las praderas de la Venta de la Vieja, unos cuatro. La senda en esta dirección va siendo cada vez menos reconocible, aunque encantadora. A su paso, algunas minas y alguna plataforma de las antiguas carboneras.

Merece la pena pararse a contemplar el barranco de la Fragüela (“lugar fragoso, áspero, intrincado, lleno de quiebras, malezas y breñas”), con las Canales al fondo, Peñas verdes, el Horcajo (“punto de unión de dos peñas o cerros”), imagen a la que corresponder la fotografía de cabecera… Tras cruzar el Sonsaz por un rudimentario pontón de troncos y el arroyo de la Fragüela, junto a las ruinas donde antaño se recogía la “porcá”, sale la senda por la ladera de la umbría que va ascendiendo suavemente por la derecha del Sonsaz.

Vamos viendo abundantes muestras de acebo y las troncas de algunos robles gigantescos, restos de los que un día sirvieron para financiar las obras de la carretera. A los pies de Peñas Llanas asientan también algunos de los robles de más envergadura, junto con el que queda a nuestra izquierda antes de llegar a la Dehesa (“el abuelo”) y el que está en la parte superior de aquella (“la abuela”). ¡Cuántas aventuras se han producido a sus pies! ¿Pasarían junto a ellos los autores del libro de la Montería en el siglo XIV?

Subimos por la pradera de la Dehesa (km 9,7), y al final sale el camino (como a las once del reloj) que pasará por el barranco de la Acebera, sus enormes canchales y su variada vegetación, un tesoro de la naturaleza. El camino se desdibuja algo al llegar a las peñas junto a las que hay que ascender para llegar al Prado (km 11,2). Merece contemplar desde lo alto el barranco del Sonsaz, las casillas de Robreo y la Mata Cerbián al otro lado y el Pinarejo y la Solana de los Pinos arriba.

Tras recuperar la senda que nos lleva a la Majada del Pie (km 11,6), por debajo de las peñas, seguimos por un bonito sendero, empedrado en muchos sitios (obra de serranos, que no de romanos) que nos conducirá hasta la fuente de la Porrilla (km 12,2). Una bonita pradera, tapizada de cantueso (altitud 1500 m), marca la salida hacia una amplia pista que nos va a llevar de nuevo, sin pérdida, hasta el Collado del Peyuste (km 14,2). Pasamos por debajo de las Piquerinas, atravesando soberbios canchales y contemplando al otro lado del río Sorbe el Alto del Campanario, Mojón Cimero y el Morequero, con Valdepinillos, La Huerce y Umbralejo a sus pies, respectivamente.

Bajando del Collado del Peyuste, a media ladera sale el antiguo Camino Carril (km 14,4), probablemente Camino Real, que tras pasar por los agradables prados del “Irolasomo” (al ir a asomarte a Valverde)  y de la “Iruela”, nos lleva a contemplar ya al pueblo en una de sus mejores vistas. Dejamos el aparcamiento y el cementerio a la izquierda, el lavadero a la derecha y desembocamos en el Museo Etnográfico, el bar y, enseguida, en la plaza y la fuente. Hemos hecho unos 16,5 km, sin contar el posible desvío hacia los Surcos lo que supondría unos 5 km más. Tras nuestra incursión al Barranco del Infierno (¿el valle del silencio?) nos hemos ganado un trago y una reconfortante dosis de sosiego.

Aquí, el trazado y el perfil:

Si quieres seguir la ruta, aquí tienes el track: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/collado-peyuste-puente-del-robledo-y-fuente-del-peyuste-desde-valverde-de-los-arroyos-153189705

Y si quieres incluir Los Surcos, aquí tienes el enlace: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valverde-de-los-arroyos-vuelta-al-sonsaz-49567177

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