Valverde en un pincel

En los próximos días (10 de junio a las ocho de la tarde) se inaugurará la exposición de acuarelas sobre Valverde de Rafael Navarro. Nuestro pueblo, del que hay quien dice que lo tenemos como un pincel, queda retratado con los propios pinceles que este acuarelista emplea en sus periplos artísticos por cada uno de los rincones de nuestro pueblo. Todos lo hemos visto apostado en las esquinas y a la sombra de nuestras casas captando el momento y la imagen que le ofrece nuestra variada arquitectura y paisajes.

Será en el Museo etnográfico y en ella se recogerán una treintena de imágenes que ha pintado en los últimos años nuestro convecino: la casa del curato, la del tío Victoriano en la plaza, las casillas del Erandón, el Portalejo, la casa de Cele… todo cabe en sus cuadros y ahora nos lo ofrece para deleite de nuestros ojos y ornato de nuestros salones.

Rafa Navarro es ingeniero y, aunque valenciano de origen, lleva muchos años pasando temporadas en su casa de Valverde, de donde obtiene inspiración para muchos de sus cuadros. Otros de sus motivos preferidos son su tierra valenciana, el centro de Europa y los Alpes, a donde se desplaza con frecuencia, como podemos comprobar en su perfil de las redes: https://www.instagram.com/rafa_navarro_001/

Comenzó su andadura de pintor diletante con el cambio de siglo, practicando, dibujo, pintura al óleo y acrílico, grabado y actualmente acuarela. También ha practicado ilustración, diseñando carteles para diversas instituciones, entre otras la fiesta de la Octava de Valverde en varias ocasiones, como podemos comprobar en la imagen adjunta.

Le gusta pintar del natural motivos urbanos, empleando acuarelas y tinta y forma parte del grupo Urban Sketchers de Madrid. Actualmente está cursando el Grado en Arte en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Ha participado en una quincena de exposiciones colectivas, alguna individual y ha obtenido varios premios de pintura rápida.

Veamos lo que dice de él otro pintor, ilustre e ilustrador de libros valverdeños y de exposiciones de trabajos a plumilla con temas alcarreños y serranos, Ángel Malo Ocaña:

“Rafa Navarro es un amante de la naturaleza, que siente la necesidad de reflejar los paisajes que ve y sobre todo de la naturaleza serrana que le acogió como un miembro más y en la que cada mañana que puede se encamina por los senderos de Valverde de los Arroyos, con su mochila de dibujo y pintura a cuestas, sintiendo la necesidad de reflejar en sus acuarelas la belleza y matices coloristas que se encuentra en el camino.

Cualquier motivo o paisaje puede ser bueno para pararse, montar su caballete, sacar el papel, lápiz y acuarelas y ponerse a pintar en este procedimiento pictórico, recreando un mundo sutil donde el agua y las acuarelas transforman estas, en un momento de creación fugaz de luz, color y sombras.

Sus paisajes están llenos de color en un estilo que a mí me parece que está entre el impresionismo y el realismo.  El oficio y la sensibilidad que derrocha en cada una de sus acuarelas llega directamente a la persona que se pone enfrente de su obra”.

Y estas son las ideas que inspiran al autor al realizar sus obras:

Valverde pintoresco

A medio camino entre lo sublime y lo bello, lo pintoresco —como ideal estético romántico— alude a ciertas cualidades de una escena que hacen que merezca ser pintada. A mediados del siglo XVIII, el reverendo inglés William Gilpin (1724 – 1804) estableció criterios prácticos de lo que se consideraba pintoresco[1]: rugosidad, variedad, ausencia de elementos regulares…, todo aquello que lo alejaba de la belleza clásica —fundamentada en la suavidad, regularidad y el orden— y de lo sublime —grandiosidad, amplitud, intimidación—. Lo pintoresco no existe en la naturaleza, es la percepción del observador quien lo crea y es tarea del pintor componer los distintos elementos de la escena para exaltar lo que tiene de ello. En un arrebato estético, mientras contemplaba las «nobles ruinas de la Abadía de Tintern», Guilpin escribió[2]: «No quedan ruinas de la torre, que darían forma y contraste a contrafuertes y muros. En vez de esto, algunos hastiales ofenden a la vista con su regularidad y repugnan por la vulgaridad de su forma. Un mazo usado con criterio (¿quién se atreverá a hacerlo?) puede ser útil para romper algunos, en particular los de los transeptos, que no sólo son desagradables por sí mismos, sino que confunden la perspectiva».

He intentado ilustrar el Valverde pintoresco, tal y como yo lo veo; aquel que configuran antiguas casas —alguna ruina—, construidas con piedra menuda, vigas de madera, tejados de pizarra vieja; el Valverde de arquitectura rugosa, irregular, brutalmente sencilla como la de su rústica iglesia. He utilizado mi mazo en contadas ocasiones y con criterio —como recomienda Gilpin—, eliminando algunos elementos que me perturbaban la vista, como las farolas fernandinas de la plaza. El resultado es un conjunto de acuarelas pintadas del natural y de primera intención —alla prima—, para tratar de reflejar el ambiente y la luz que me rodea y a las que dan forma también las conversaciones de los que pasan, los comentarios que me hacen mientras pinto, el silencio de los que toman el sol en los poyos. Hay otro Valverde, el Valverde de las nuevas construcciones, de piedra grande, regular, de tejados impecables, que, afortunadamente, ha mantenido su ADN sin renunciar a las necesarias comodidades que hoy tenemos: llegó la luz eléctrica, se instalaron antenas, se pavimentaron las calles, se encauzó la reguera y el pueblo creció, no como un reducto arqueológico, sino como una comunidad viva, sabedora de la valía de lo que ha heredado y consciente de la necesidad de preservarlo para las futuras generaciones; y ese Valverde será también Valverde pintoresco.

Rafa Navarro 2 de junio de 2023

La exposición está montada en los locales del Museo de Valverde y será inaugurada el día 10 de junio a las ocho de la tarde. Se podrá visitar durante todo el verano en los horarios de apertura del centro social y museo etnográfico

[1] Gilpin, W. An Essay Upon Prints. 1768.

[2] Gilpin, W. Observations on the River Wye: and several parts of South Wales, &c. relative chiefly to picturesque beauty; made in the summer of the year 1770. 1782.

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