San Ildefonso y su Chinela
La iglesia parroquial de Valverde está dedicada a San Ildefonso y él es el titular de una de las fiestas mayores de la localidad, la que se celebra en invierno, concretamente el 23 de Enero. ¿Por qué es San Ildefonso el titular de la iglesia, de la parroquia y de una de las cofradías de Valverde? La pregunta no tiene respuesta fácil. Seguimos a J.A. Marco Martínez, párroco en Valverde en 1982 y autor del Libro Valverde de los Arroyos, parroquia y parroquianos, cuya portada vemos al margen.
En 1570 Valverde ya tenía un templo parroquial, regentado por un teniente cura, puesto y sustentado por el cura propio de Galve. Prestaba también servicio a Palancares como anexo y a las alquerías de… “Zarzuela, Pie de Yuste, Robredo, Majadas Viejas y el Hombría”. Y por ello percibía del titular de Galve seis ducados por la tenientía de Valverde y ochocientos maravedíes por la de Palancares.
La interdependencia de la archidiócesis de Toledo y de la diócesis seguntina quizás fueron motivos para considerar la titularidad del santo en nuestra parroquia. San Ildefonso, obispo de Toledo, era patrón de dicha ciudad y de su archidiócesis, y también el santo tiene varias referencias en la catedral de Sigüenza, tanto en piedra como en vidriera y lienzo. El motivo de estas representaciones es la imposición al santo toledano de una casulla por parte de la Virgen María en reconocimiento por la defensa ardorosa de su virginidad (imagen adjunta de la catedral de Sigüenza).
Fue Gabriel Montero, titular y poseedor del molino viejo de Las Puentes, a mediados del siglo XVI quien instituyo “…Henero a 23, día de San Ildefonso, un aniversario perpetuo y vigilia…, pitanza de 5 reales de cera y ofrenda y dar en la dicha caridad pan y vino y queso a todos los que se hallaren presentes”.
La caridad de pan, vino y queso parece fue asumida por el concejo en 1784 al aducir los propietarios del molino que los ingresos no le daban para cubrir los gastos. La costumbre se mantuvo durante los siglos XIX y parte del XX en la misma forma original, de pan vino y queso. Curiosamente, según testimonios orales, primero cogían los hombres los mejores trozos de pan y queso, quedando los restos y trozos menos aprovechables para las mujeres y los niños. Los tiempos modernos han cambiado la costumbre hacia fórmulas más apetitosas en forma de paella o caldereta, ya sin discriminación de sexo o edad. Y la muestra nos la da en la imagen de hace una quincena de años el inolvidable José Manuel Fernández, “Chini”.
En cuanto a la costumbre de la “chinela” no tenemos referencias claras, excepto los testimonios que indican que siempre se ha realizado. En primera ocasión se levanta una luminaria la víspera de la festividad por la noche, donde se queman ramas de brezo y objetos, muebles y enseres viejos, sobre todo serones. Era costumbre, además, que se asaran castañas o patatas y que los mozos saltaran por encima cuando ya las llamas habían remitido (imagen adjunta de Bernardo Gordo en los años setenta). Y, en segundo lugar, se enciende otra chinela el día del santo, de modo que durante la procesión se debía “ahumar al santo” cuando pasaba la procesión. Los cofrades portan las andas y después pujarán en la típica subasta de los banzos.
Aunque la hoguera cumple una función sobre todo de calentamiento en esta fría noche de invierno, podemos estar también ante un rito de purificación por la llama o por el humo, propio de muchos lugares y civilizaciones, tanto en el solsticio de verano (San Juan) como de invierno. Nos deshacemos del mal, de lo viejo, del pasado y avanzamos hacia la luz, la primavera, el nuevo ciclo solar. En todo caso, la celebración es motivo de jolgorio y buenos deseos. Que el santo nos proteja y nos encamine con acierto al nuevo año que nos espera, no carente de incertidumbres
Galería: San Ildefonso y su Chinela
Gracias por el recuerdo…
La verdad es que hizo muchos arroces en San Ildefonso…