Un camino a las Chorreras
Recientemente se ha dado a conocer, y sometido a los trámites pertinentes, el proyecto para realizar obras de mejora en el acceso a las Chorreras de Despeñalagua, lo que conllevará actuaciones sobre nuestro Cacerón. El primer concurso público, con un coste elevado, quedó desierto hace unos años y el actual, más económico, con un coste próximo a los 100.000€, va a ser ejecutado por medios propios del gobierno regional. Para ello ha sido encargado al grupo empresarial público Tragsa, orientado al desarrollo rural y la conservación de la naturaleza. Por el momento se está solicitando la opinión de los implicados: comunidades de regantes y propietarios, vecinos y ayuntamiento.
Nuestro Cacerón supuso una revolución y una conquista de un valor incalculable al transformar para el regadío una gran parte del terreno aledaño al casco urbano de Valverde y Zarzuela. La obra nació probablemente a finales del siglo XIX y todos conocemos las penalidades iniciales que supuso para sus impulsores, si bien no queda claro si fueron el abuelo Agapito o el “tío Rebollo”, ambos nacidos a mediados de dicho siglo. Los huertos, los frutales y los prados son los constantes beneficiados y sus propietarios están eternamente agradecidos y permanentemente entretenidos.
El mantenimiento anual de la reguera del Cacerón da lugar a la hacendera más importante del año, en llegando los calores y la necesidad de riego, en la madrugada de una mañana del mes de Junio. La tarea se vio facilitada cuando, allá por el año 1983, se hicieron las primeras entubaciones, siendo alcalde Antonio Monasterio. La obra fue premiada en la Feria Agrícola de Zaragoza, a donde se desplazó medio pueblo de madrugada con su alcalde al frente.
Desde entonces, para subir a la chorrera de Despeñalagua, la instrucción más socorrida a los visitantes era la que recomendaba “seguir los tubos”. La estética no era muy favorable, algunos pasos entre peñas se resolvían con tubos voladizos, en otros aparecían los tubos sujetos con una piedra, había zonas encharcadas, pero el agua llegaba bastante bien hasta el arbollón del Llano y acababa felizmente fertilizando cada uno de los huertos y prados del pueblo.
Los tiempos cambian, los turistas se vuelven cada vez más cómodos y numerosos, las fugas de agua son frecuentes y la estética del Parque Natural, del lugar singular de las Chorreras y de uno de los pueblos bonitos de España, estaban pidiendo a gritos nuevos planteamientos. A expensas de un Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural aparece el Lote del Proyecto Regional de “Mejora del equipamiento e infraestructuras de uso público, en la red de Áreas Protegidas y Montes de Utilidad Pública, de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha”. Vamos, que van a arreglar el camino de las Chorreras y la conducción del Cacerón. Suponemos que será el otoño o la primavera que vienen, ya que no hay plazo limitado de ejecución.
El proyecto incluye varios tipos de intervenciones: desbroces de matorral y arbolado adyacente, desmontaje de los tubos de PVC, construcción de canalizaciones a cielo abierto, ensanchamiento del sendero, empedrado de algunas zonas, levantamiento de muros de mampostería, colocación de barandillas y construcción de escaleras de piedra y de pasarelas en lugares seleccionados, instalación de paneles informativos, etc. Determinadas zonas con buen trazado, cómodas y sin pérdidas ni tubos de PVC no serán modificadas.
Uno de los puntos más destacados será la construcción de un mirador al llegar a las Chorreras. Al aproximarse a ella se levantará un muro que deslinde el prado del rincón, donde asienta la noguera. A partir de ahí un ocultamiento de la acequia con una solera empedrada dará acceso por una escalera de piedra al mirador, situado sobre las rocas de la parte derecha y delimitado mediante vallas de poste y una cuerda. La foto será más fácil y más de uno se verá beneficiado al evitar el resbalón por las piedras escurridizas y la subsiguiente evacuación en helicóptero.
No faltará quien piense que la polémica está servida. O quien está pensando en escribir el epitafio al constatar la muerte por éxito de nuestro pueblo y sus parajes. En todo caso apostemos por la sostenibilidad y por la supervivencia de nuestros cultivos y de los espacios naturales que nos dan fama. Algunos temas quedan en el aire, pero confiamos en el buen hacer de nuestros gestores, algunos de los cuales llegarán tras esta floreciente primavera cuajada de promesas electorales para dar frutos cargados de realidades.
¿Cómo se resuelve la captación de agua y su posible regulación de flujo?
¿Qué hay de un posible embalse para el almacenamiento de agua?
¿Será recomendable acotar de alguna manera la era?
¿Hay alguna opción de que el turismo sea fuente de ingresos para el municipio?
¿Tenemos alguna solución para los problemas de aparcamiento?
Y ya que nadie puede hacer que llueva….¿Quién va a limpiar los cauces de los arroyos para que la Chorrera y todos nuestros ríos no se sequen?