Serranos en el Camino del Cid.
Recientemente se ha emitido en la RTVE-2 el capítulo 4 de la serie “El Camino del Cid: Diario de una ciclista”. Tras finalizar en Berlanga de Duero entraron en la Sierra Norte de Guadalajara por Miedes, camino de Atienza, para continuar luego hacia Hiendelancina, Robledo, Jadraque, Pelegrina y Sigüenza. Los Medicid, grupo del que es componente el titular de este blog, participaron en el capítulo dedicado a Atienza y aquí contamos su historia.
Rodrigo Díaz de Vivar no pasó por las proximidades de Ocejón. Ni aprovechó la cañada de trashumancia que desde tierras de Galve y Cantalojas se dirigía hacia la Venta la Vieja y Majaelrayo camino de Extremadura, ni siguió el Camino Carril, camino real que le llevaría a tierras de Tamajón. Desde San Esteban dejó a un lado Alilón y por tierras de Miedes se dirigió a Atienza para bordearla, era una peña demasiado fuerte para sus aspiraciones y la premura de su destierro. Lo que no tiene duda es que, tanto Mío Cid y sus leales como Alvar Fáñez y los componentes de su algada, tuvieron a la vista nuestro pico Ocejón cuando pasaron camino de las tierras de Molina por Anguita o de Guadalajara por Jadraque. Aunque nada dice Per Abbat al respecto.
Viajeros de los tiempos modernos han hecho de las correrías del Cid, prolijas y onduladas, un trayecto bastante lineal que lleva desde Vivar hasta Valencia recorriendo siete provincias, 2000 km y varios cientos de fortificaciones y poblaciones, muchas de ellas Patrimonio de la Humanidad o Bien de Interés Cultural. Ese camino es el que han querido recorrer varios serranos junto con otros componentes de su mesnada: un valverdeño, quien esto escribe, uno de Barcones, Juanjo, uno de Hiendelaencina, José Miguel, un segoviano, Octavio, y un vasco-madrileño, Carlos. Todos enamorados de los pedales, de la dulzaina, de la Castilla de siempre y del mundo sanitario al que cuatro de ellos han dedicado su vida. Pero han querido cabalgar sobre sus bicicletas y utilizar pedales en lugar de estribos y dulzainas y tamboril en lugar de clarines y timbales.
La aventura de Los Medicid se materializó en tres campañas de seis días de duración que les llevaron de Vivar a Guadalajara, de Jadraque a Calatayud por Molina de Aragón, y de Checa a las proximidades de Sagunto pasando por Morella y el Maestrazgo. Y además, el Ramal de Alvar Fañez desde Guadalajara, por Argecilla y Castejón, a Jadraque, en una sola jornada. Toda una maravilla. La última campaña se desarrollará entre Orihuela y Valencia. Todas las localidades del camino, incluyendo plazas, fuentes, castillos y altozanos fueron holladas por los caballeros del pedal y sus alegres notas dulzaineras se escucharon en todas ellas.
Como en todos los grandes caminos culturales, siempre hay alguien que lo hace de manera original. El planteamiento de los Medicid recibió los plácemes de los responsables del Consorcio del Camino y sus aventuras merecieron ser tenidas en cuenta por los realizadores del referido documental. Sentado lo cual, se llevó a cabo la grabación en el castillo de Atienza bajo la dirección de Salvador Ruiz y con el protagonismo de la periodista de ciclismo Ainara Hernando. Parte de la grabación fue emitida el pasado 29 de enero. La cuesta del castillo es empinada y el aire sopla con violencia en lo alto de la peña. Y no somos ni grandes escaladores ni excelentes músicos, pero creemos haber salido airosos de la prueba. Animamos a los más valientes a repetir la experiencia y a todos a ver la serie y sobre todo el capítulo de Los Medicid. Y además es una buena manera de hacer patria y de dar a conocer nuestra tierra. Si añadimos deporte y camaradería, el objetivo está plenamente logrado. Compruébalo aquí: