Las Mozas del Ramo (Por Pedro Vacas Moreno)

Todos los años, cuando llegaba la Semana Santa, se practicaban en algunos pueblos de la Sierra de Guadalajara, y en otros muchos pueblos de la provincia, unas tradiciones como el cantar canciones religiosas en la iglesia, o en la puerta de los vecinos del pueblo. Estas canciones las solían cantar las mozas del pueblo conocidas como las Mozas del Ramo, que se fueron perdiendo paulatinamente durante los años sesenta y setenta, hasta que llego la gran diáspora, contribuyendo a ello diferentes causas sociales y económicas. Una de ellas fue la migración masiva de los pueblos de esta sierra, principalmente de las mujeres (mozas que fueron las primeras que se fueron) y después de familias completas que descapitalizaron casi por completo los pueblos y aldeas de la Sierra de Guadalajara. Otra fue la escasez de sacerdotes, la eliminación del monumento, el desarraigo generalizado respecto a la religión, la iglesia y las tradiciones seculares de nuestros antepasados. Algunas, muy pocas, han logrado sobrevivir.

Una de las tradiciones que más se ha resentido de las migraciones sucesivas ha sido la de Las Mozas del Ramo; estas mozas o niñas, eran las encargadas de cantar las canciones de El Ramo a forasteros y vecinos sirviendo de acto petitorio, postulándose sábados y domingos con el fin de recaudar dinero o huevos, que una parte convertían en dinero, para mantener la luz del Santísimo y adornar el Monumento, reservando otra parte para ellas, con la que se homenajeaban con una merienda el domingo de Pascua.

Las mozas del ramo llevaban “el Ramo”, diferente en cada pueblo: un crucifijo adornado con cintas; un crucifijo forrado de terciopelo con medallas prendidas (Aldeanueva); una tapa de fuelle forrada de terciopelo (Bustares) y toda llena de medallas prendidas con alfileres, un cuadrado de madera forrado con tela rosa o roja adornado con flores de papel, cintas y medallas (El Ordial); un bastidor de seda bordado; y comenzaban preguntado: ¿da usted “pa´l” Santísimo?, si decían que sí, cantaban las canciones típicas como: “El arado”,Los mandamientos”, “La baraja”, etc.

Antes de coger el Ramo, es bendecido por el sacerdote y la Mozas del Ramo se acercan a tomar posesión del mismo, cantando:

Vamos a tomar el ramo al pie del altar mayor,

que ya nos lo ha bendecido el ministro del Señor.

También le cantan al retablo mayor y a todas las imágenes cubiertas:

Ya están cubiertas de luto los altares de María,

ya están cubiertas de luto hasta la Pascua Florida.

Y no puede faltar las canciones de despedida de la iglesia:

Me despido de la iglesia, también del altar mayor,

y de ti no me despido, Virgen de la Concepción.

Quédate con Dios iglesia y también altar mayor,

que nosotras nos marchamos a pedir para el Señor.

Petición que es singularizada a cada estado social de la misma, al sacerdote, al alcalde, a los jóvenes, a los mozos, a los forasteros, a todos los vecinos, labradores y pastores, a las viudas y viudos, a los recoveros y arrieros, médico y veterinario.

 Así a las viudas comienzan:

Una limosna os pedimos con respeto y humildad,

para alumbrar a otra viuda, que es en todo singular,

la noche de Jueves Santo en su santa soledad.

 También a los viudos:

Los viudos considerar privados del dulce amor,

de la prenda más querida, de mayor estimación,

pedimos limosna hoy.

Si nos la dais, la ofrecemos al santo nombre de Dios.

 A los labradores

Esta limosna que dais, generosos labradores,

el Señor os echará en el campo bendiciones.

A los forasteros

Forastero que has entrado sin licencia en el lugar,

estas doncellas pedimos, con respeto y humildad.

Echa mano al bolsillo y no nos seas cobarde,

que pedimos para el santísimo y pedimos para alumbrarle.

 A los mozos con coplas cargadas de intenciones y deseos.

Échate mano a la bolsa, mozo prudente y honrado.

Dios te de buena novia para bien y muchos años.

Ya nos has dado limosna con tu mano generosa.

Dios te de salud y vida después de una buena moza.

Después de las jornadas petitorias, a la mañana siguiente, las mozas del ramo, llevan a la iglesia la cera que habían hecho o comprado, con lo recogido en las cuestaciones de Cuaresma.

Aquí venimos cargadas como las tristes abejas

a ofrecerle al Redentor lo que fabricaron ellas.

 

(Pedro Vacas Moreno, serrano de Bustares y etnólogo investigador, es autor de múltiples publicaciones, libros y documentales sobre la Serranía de Guadalajara. Recientemente ha publicado dos libros, Coplero del pueblo y El Ramo y las mozas del Ramo en la Sierra de Guadalajara, que motiva el presente artículo y la presentación que se hará en Valverde en la tarde  del día 26 de Agosto).

https://valverdedeocejon.com/wp-content/uploads/2022/11/Cartel-26-de-agosto-2023.pdf

 

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