Nuestro vecino Almiruete y San Blas.

Hoy hablamos de un pueblo próximo y amigo, siempre en nuestro camino hacia la ciudad. Nos gusta proclamar los méritos y nuestro aprecio por los pueblos que nos rodean, ya que siempre ha habido mucha relación con los pueblos vecinos y habitualmente, buena.
Nuestros abuelos y padres transitaban con sus caballerías por los caminos que conducían a ellos y compartían parada, comida, amistad, y a veces parentesco, con todos sus habitantes. Nosotros y nuestros hijos, hemos acudido a sus fiestas o disputado partidas de fútbol o bolos con ellos, aunque ahora ya el paso es más veloz, motorizado y menos personal. En nuestra lista de amigos y parientes de Almiruete hay mucha gente conocida: Nicanor, Demetria, Ignacia (“la Perera”), Miguel, Lope, Fermina…

Familia de Lope González en 1890 e Ignacia Mata (La «Perera») hacia 1960 (Fotos cedidas por Alberto González)
El pueblo de Almiruete está situada a 1080 m de altitud e incluye en su término la ladera sur del Ocejón, al que se puede ascender por la ya mítica ruta del PR-GU-19. En sus estribaciones y en las proximidades del Río Sorbe asientan los lugares más característicos del municipio: Cabeza Cimera (Pico Almiruete), Peña del Reloj, Cerro del Porrejón, Cascada del Chorrerón, Pozo de los Ramos… Disfruta de hermosos elementos de la arquitectura negra y dorada y de un excelente ramillete de casas rurales.

Vista de Almiruete
Su celebración más conocida, quizás excesivamente multitudinaria, es la del Carnaval con sus botargas y mascaritas, a las que el pueblo tiene dedicado su coqueto museo. Más íntima y local es la Fiesta de la Colación, en la que los almiruetenses (“los del praete”) hacen alarde de sus dotes de repostería, manejo del horno de leña y de la convivencia vecinal. Hoy fijaremos nuestra atención en la fiesta de San Blas, recientemente celebrada.
Un poco de historia.
Quizás su origen y el de su nombre tengan ascendencia árabe (¿Al-minarete? ¿Alminar?). Su historia reciente arranca, tras La Reconquista y la repoblación de Alfonso VI, en la Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón, el advenimiento de los ayuntamientos constitucionales, las guerras carlistas, la guerra civil y el éxodo del siglo XX. Almiruete llegó a tener 328 h. a mediados del s. XIX, pero la despoblación le afectó de modo masivo, estando censados hoy alrededor de una quincena. En 1970 fue anexionado al ayuntamiento de Tamajón junto con Palancares y Muriel.
En el s. XVI el padre Mateo de la Fuente, con título de Venerable, natural de Almiruete, fue propulsor de los eremitas en Sierra Morena y es citado por Santa Teresa de Jesús. Otros de sus personajes célebres fueron tratados en entradas anteriores de nuestro blog: Juan de Dios Blas Martín, su familia, la ermita de la Soledad y la iglesia parroquial de Almiruete (Por Tomás Gismera Velasco) – Valverde de Ocejón y también en: Algunos personajes serranos – Valverde de Ocejón. Por su parte, Tomás Gismera tiene varios y valiosos escritos sobre la localidad y sus personajes (SERRANIA DE ATIENZA/TIERRA DE GUADALAJARA. Pueblos e Historias: ALMIRUETE, ENTRE EL OCEJÓN Y LAS BOTARGAS)
La pila bautismal de Almiruete
Su iglesia, tardorománica, de finales del siglo XII está dedicada a Nuestra Sra de la Asunción. Su interior tiene todavía aromas medievales, con su pila bautismal, la espadaña, el enlosado de baldosas conservando la estructura de los antiguos enterramientos, los viejos altares de escayola de aspecto vetusto, la techumbre de madera con restos de los frescos pintados sobre el yeso, el robusto portón de madera… El deterioro de la techumbre y el pórtico, que amenazaba con el derrumbe de todo el edificio, hizo que, en 2023, se acometieran obras de restauración gracias a la colaboración del obispado y el ayuntamiento de Tamajón.
Llegada de botargas y mascaritas a la iglesia
En el camino hacia Tamajón, Guadalajara e incluso Madrid, el paso de los valverdeños por la localidad era obligado, llegando por el rebollar de Palancares y saliendo por el sabinar de Tamajón. Nuestros antepasados lo hacían en faenas de compra-venta con las mulas, en viaje de visita familiar o emigración, o en el camino del correo que nos unía con la estafeta de Tamajón. Hasta que llegó la carretera, a finales de los setenta, había que desplazarse en hacendera vecinal a arreglar los trozos más complicados. Famosos fueron los cerones que se pasaron en el tollo de Almiruete, en las proximidades de Cabeza Pascual, donde, por un lado, se producían grandes barrizales y por otro, algún que otro desencuentro con los propietarios de aquel terreno.
Los pajaritos (o pipis) hechos en el horno para los niños el Día de la Colación
La fiesta de San Blas.
Junto con la Virgen de la Asunción, el pueblo comparte titularidad festiva con San Blas: obispo de Armenia, médico, eremita amigo de los animales y martirizado, siendo desollado con las cardas de la lana. La curación de un niño con una espina clavada en la garganta le ha hecho protector de las enfermedades de la garganta y patrón de sus médicos. Sus reliquias, en número increíble están en la catedral de Duvrovnik: su cabeza, su mano derecha, su mano izquierda, su garganta y su pie derecho.
La festividad de San Blas es el 3 de Febrero, seguido de San Blasillo, aunque las circunstancias meteorológicas y poblacionales obligan a su traslado al verano. Aparte de la novena y las vísperas, la costumbre de la misa solemne, la procesión y la subasta de rosquillas son inmutables. Cambian los sacerdotes, ahora más acordes con la arquitectura negra.
Momento de la celebración
El santo, bajado del retablo del altar mayor, preside la celebración de la misa desde sus andas. En su mano lleva un par de rosquillas que luego serán subastadas tras la procesión. De su báculo cuelga una cinta roja, siendo las cintas uno de los atributos del santo, junto con el encendido de velas, por las que usaba para leer la biblia cuando estaba en prisión.

Estandarte, Cruz y Pendón
En la procesión, el santo va precedido del pendón rojo, del estandarte y de la cruz procesional. Es esta una preciosa obra de orfebrería, probablemente del s. XVI, que fue rescatada inesperadamente hace no muchos años, tras permanecer escondida en una oquedad desde la guerra civil.

San Blas saliendo de la iglesia
La procesión recorre las empinadas calles y sus andas son flanqueadas de hermosos edificios de piedra, tejados de pizarra, yedra en las fachadas y arbolados y huertos en sus inmediaciones. Finalizada esta, se procede a la subasta de las rosquillas por las que los devotos pujan incansablemente. En tiempos pasados las rosquillas, parecidas a las de Valverde, eran elaboradas en el pueblo y su horno comunal, aunque ahora ya proceden de hornos artesanos. El subastador, tomando el relevo de Miguel Mata que lo fue muchos años, anima a la concurrencia: “Limosna por el primer banzo, por el segundo… Una ristra de ajos con denominación de origen de Almiruete… tengo sesenta euros, ¿quien da sesenta y cinco?”
Las rosquillas se comparten con la familia y allegados próximos y los banzos adjudicados son entregados a los agraciados que devuelven el santo a la iglesia.

San Blas y sus rosquillas
Merienda de hermandad, música renovada, remedo de las antiguas rondas y del baile en el ayuntamiento con el organillo que todavía se conserva, partida de bolos y regreso a la ciudad de la mayoría de los habitantes. Pasa el verano y la quincena de habitantes añora los años de esplendor o los meses veraniegos en los que el pueblo parece revivir un poco más. Y hasta el Día de la Colación.

Celebrando el Dia de la Colación (GuadaNews)
Muy interesante