Un pregón de la Octava con mucha historia

El anuncio de la pasada Fiesta de la Octava fue pregonado por José Mateo, el que fue el último médico residente con su familia en el pueblo hasta 1983. Hizo la semblanza de la fiesta, del pueblo, de sus gentes y esta es parte de su proclama.

José Mateo fue titular del partido médico de Valverde entre 1979 y 1983. Su ámbito de actuación incluía nuestro pueblo y además Zarzuela, Palancares, Umbralejo, La Huerce y Valdepinillos.

“Viniendo de Valencia, nuestra tierra, recorrimos los pueblos vacantes de Cuenca y Guadalajara, y al ver por primera vez Valverde, nos enamoramos de este lugar para siempre. Era alcalde Gregorio Mata, más tarde Felisa Mata y secretario Ángel Bermejo y después Dionisio Silvestre. En la plaza preguntamos a una joven, Mila, que nos mostró la antigua casa del médico que había estado deshabitada mucho tiempo”.

Reyes y Elisabeth chimenea

Reyes y Elisabet ante la chimenea

La vida en aquellos años era dura: no había luz eléctrica, la calefacción la proporcionaba la leña que le traían entre todos los vecinos para la chimenea y la estufa, los caminos eran de tierra, la iluminación provenía de un camping gas, no existían los teléfonos móviles… Los recuerdos de las personas que les ayudaron, se acumulan:

“Isidoro Mata y sus hijos reformaron la acogedora casa de piedra con tejado de pizarra. Todavía recuerdo la hermosa chimenea donde pasaríamos con amigos, Chelo y Antolín más tarde Antonio muchas veladas de otoño e invierno… Vivimos con alegría la llegada de la luz en el bar de Paco, el único bar del pueblo… No había móviles, solo un teléfono público en casa de la señora María, que nos traía a cualquier hora del día o de la noche recado de los avisos médicos urgentes y nos mantenía conectados con el mundo… Gregorio, cartero rural en ese momento, amablemente nos subía las medicinas de la farmacia, el pan y también los encargos de la tienda de ultramarinos de Tamajón… A nuestra llegada, pacté con la abuela Higinia el suministro de un litro diario de leche de cabra que había que hervir cuidadosamente para evitar las fiebres de Malta… Hice las fotos de carnet,  y recuerdo, sobre todo, la de Demetrio, nuestro vecino, persona peculiar, amante de sus cabritos y siempre interesado como diría el en las Selecciones del Reader Digest. Y la de la tía Sara, siempre asomada a la ventana de su casa, y parte inmutable del paisaje de Valverde…Todavía recuerdo los sabios consejos del tío Eugenio: «D. José no se preocupe, mujer enferma mujer eterna». Y los fines semana y vacaciones con Josefer, Maribel y sus hijos, o con Paco y Merce.”

Reyes balcón

Reyes en el balcón de la casa recién reformada

Las inquietudes y satisfacciones gastronómicas formaban parte de los afanes de cada día:

“El valenciano «alioli» de mi mujer aderezaba las sabrosas patatas de Valverde, que completaban en otoño el menú de «champis silvestres», «parasoles” y castañas. En la época de cría, los enormes y deliciosos flanes de calostros de las cabras de Chelo y en ocasiones especiales «el agua de Valencia» o alguna queimada. En la memoria el olor y sabor de las manzanas y las verduras de las huertas, las migas y los torreznillos cuando las matanzas… Y en el paladar las exquisitas tortillas de patata de la María..”

Los tres

La familia en la era

Los paseos por los parajes valverdeños eran frecuentes y así descubrió la Cueva y sus pinturas rupestres, la Chorrera, Ocejón, el Cerro del Campo o la Fragüela, acompañado por el tío Raimundo o por la perra, Tania, que le regaló Isidoro:

“En una ocasión el tío Raimundo, sorprendentemente fuerte y ágil para su edad, nos guió con mi amigo Paco hasta el Cerro del Campo, y tras ver Peñas Verdes bajamos a la Fragüela, vimos la Acebera, las tainas de Robreo y volvimos por el Peyuste al pueblo… En veranos y vacaciones, cuando disponía de un rato, disfrutaba de andanzas de montaña con mi amigo Paco Lamata”.

Perros

El ejercicio de la medicina rural, complejo, con pocos recursos, con la cabaña ganadera y sus cuidadores amenazados por la brucelosis y las pulgas, c0n mucha siniestralidad  y diversas necesidades, le produjo grandes satisfacciones y algunas sorpresas:

“La medicina me ha permitido conocer a las personas, como nunca lo habría hecho. En Valverde, empecé a practicar medicina sin prisas, conociendo y dándome a conocer a mis pacientes, ganando su confianza… Al poco de llegar, conseguimos un surtido botiquín rural, donde nunca faltó suero antiofídico, que probablemente salvó alguna vida. Un brote de brucelosis y algunos rescates de aparatosos accidentes fueron patologías que no volví a ver y tratar. Y como era el sanitario más cercano, cosí perros desgarrados por jabalí, enyesé con poca fortuna la pata a un conejo, me consultaron por una lesión ocular del toro, aunque nunca había visto la membrana ocular de un toro…”

La familia de Jose y Reyes comenzó a crecer cuando llegó su hija Elisabet, la única niña del pueblo, y en esta fiesta ha visitado Valverde acompañado de ella, de su hermano Pablo y de toda la familia:

«A los dos años llegó nuestra hija Elisabet, su llanto fue una alegría para todos, la recuerdo sentada en el poyo con Julia y la abuela Paca desgranando judías. Nuestra hija era la única niña del pueblo, miraba con asombro y curiosidad a los niños que los fines de semana y vacaciones venían al pueblo. Como siempre tan observadora, salvó a la trucha que había saltado de la fuente de la plaza… Me hace mucha ilusión volver con familia y amigos, y sobre todo mostrar a mis nietos Lara y Adrián, el lugar donde fuimos felices durante años. Estoy seguro que se enamorarán de él, como lo hicimos nosotros”.

Con Isidoro

Con el danzante Isidoro

La fiesta fue y sigue siendo una referencia inolvidable para él y su familia:

“Siempre recordaré el asombroso impacto visual y sensorial de los danzantes en las eras, con sus vistosos trajes, pico Ocejón al fondo, al ritmo de tamboril y gaita de Gregorio Mata dirigidos por el Botarga Manuel Monasterio que despertaron en mí sentimientos de felicidad ancestrales. Me siento feliz y agradecido por tener mí nombre en el cartel, con fondo de Isidoro… Si os he despertado la curiosidad, leer el libro de mi colega y cronista valverdeño José María Alonso y disfrutad como yo lo he hecho con el libro fotográfico de Valverde de Santiago Bernal. Volved en otro momento, con más calma, en cualquier época del año, y alojaros en sus casas rurales, aquí o en la cercana Zarzuela, para recorrer sus rutas de montaña, cada uno en la medida de sus medios”.

Valverde 2025 Pregonero y Alcalde

Valverde, Octava de 2025: Pregonero y Alcalde                           (Foto de Antonio Herrera)

La estancia de (Don) José Mateo, Reyes y Elisabet en nuestro pueblo es de las más recordadas, por ser nuestro último médico, por su duración, su convivencia y su calidad, humana y profesional. Nos ha obsequiado con sus recuerdos, su pregón y sus fotos. Por eso nos satisface enormemente corear con ellos:

!VIVA LA FIESTA DE LA OCTAVA¡

!VIVAN VALVERDE Y LOS VALVERDEÑOS¡

 

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